Esperarse lo peor está bien, esperarse lo terrible es ideal


Una conocida frase dice: “Esperando lo mejor, preparado para lo peor”.
No señor, “Esperando lo peor. ¿preparado? No lo creo…”
Este sin duda es uno de los puntos más importantes para acercarse a la llamada “felicidad”. Sin duda lo peor que uno puede hacer en su vida es esperarse lo mejor. Lo mejor llega una, dos, máximo tres veces en su vida, capaz ninguna, quien sabe. Si ante cada situación que se nos presenta vamos a ir dispuestos a esperar lo bueno, cagamos señores. La mayor parte de las veces vamos a terminar frustrados, decepcionados, y decenas mas de sinónimos pesimistas. Es simple, si usted va camino a una entrevista de trabajo tiene 3 actitudes tomar: a- Pensar que lo va a conseguir, b- Pensar que no lo va a conseguir, y c- pensar que no lo va a lograr y que el trabajo lo va a tomar el actual novio de su ex-esposa, la cual se va encontrar en la sala de espera, mucho mas flaca que antes y con las gomas recién operadas.
Si escogemos la a, lo mas seguro es que terminemos fracasando y volvamos a nuestras casas con la cabeza gacha y una tristeza en lo mas profundo del alma.
En cambio, si elegimos b, lo mas seguro es que lo que esperábamos se haya cumplido, entonces volvemos caminando conformes con nosotros mismos.
Ahora bien, si elegimos la c, es casi seguro que volvamos caminando felices, sabiendo que no paso lo peor, que nos fue mejor de lo que pensábamos. Nos sentiremos mas que conformes y no digo que vayamos a festejar, pero si nos dejaremos tomar una coca ese lunes a la noche, como premio de nuestro “no tan mal” resultado.

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