Por décadas y décadas los humanos nos hemos atormentado la cabeza con preguntas y más preguntas que nos logran quitar el sueño.
¿Hay un tal Dios? ¿El destino ya esta escrito? ¿Existe la reencarnación? ¿De que carajo se trata el nuevo programa de Badia?
Pero existe una, si, solo una pregunta que nos hacemos todos los días antes de dormirnos, allí cuando apagamos la televisión, encendemos el velador, buscamos el libro entre las sabanas, lo apoyamos en la mesa de luz y apagamos el velador.
Allí cuando nuestra cabeza se hunde en la almohada, y nuestros ojos se dirigen hacia el cielo, es allí cuando nos preguntamos: “Si ese ventilador del orto se llega a caer, ¿muero yo o se muere ella?”, y es allí cuando te pones a replantantear las cosas; tu casa, tu esposa, tus amigos; en fin, tu vida. Y entonces te cuestionas seriamente: ¿Soy feliz?
Ya siendo las seis y veinte de la mañana, y con el despertador sonando hace diez minutos, poco tiempo y fuerza te queda para pensar la respuesta, entonces te levantas y te dirigís al baño. Todas las mañanas pasa lo mismo, todos los días de tu vida la misma situación, esa duda que no te deja dormir, y esa duda que es aliviada finalmente frente al inodoro con un “y si, soy feliz”. Y no, queridísimo amigo. La orina matutina es un simple engaño, todo ser se siente el hombre mas feliz del universo al sentir semejante caudal de liquido saliendo de nuestro cuerpo. Pero no hoz dejes engañar. Seamos realistas, ¿feliz?, no sos. ¿Por momentos experimentas algo semejante a la felicidad?, seguramente. Aceptémoslo de una vez, no somos felices. Ni vos, ni yo, ni el que esta al lado tuyo, bueno, capaz el de al lado tuyo si, pero vos no.
¿Lo aceptaste?
LISTO.
Aclaración, el siguiente texto no garantiza la felicidad, es mas, incluso garantiza no conseguirla plenamente en ningún momento de nuestras vidas.
Este es una simple guía, como dice su titulo, para ser un poco menos infeliz. Son ni más ni menos, tal vez menos, que unos métodos seguros para lograr una aproximación a la llamada “felicidad” (aunque tampoco este muy seguro de eso).
¿Hay un tal Dios? ¿El destino ya esta escrito? ¿Existe la reencarnación? ¿De que carajo se trata el nuevo programa de Badia?
Pero existe una, si, solo una pregunta que nos hacemos todos los días antes de dormirnos, allí cuando apagamos la televisión, encendemos el velador, buscamos el libro entre las sabanas, lo apoyamos en la mesa de luz y apagamos el velador.
Allí cuando nuestra cabeza se hunde en la almohada, y nuestros ojos se dirigen hacia el cielo, es allí cuando nos preguntamos: “Si ese ventilador del orto se llega a caer, ¿muero yo o se muere ella?”, y es allí cuando te pones a replantantear las cosas; tu casa, tu esposa, tus amigos; en fin, tu vida. Y entonces te cuestionas seriamente: ¿Soy feliz?
Ya siendo las seis y veinte de la mañana, y con el despertador sonando hace diez minutos, poco tiempo y fuerza te queda para pensar la respuesta, entonces te levantas y te dirigís al baño. Todas las mañanas pasa lo mismo, todos los días de tu vida la misma situación, esa duda que no te deja dormir, y esa duda que es aliviada finalmente frente al inodoro con un “y si, soy feliz”. Y no, queridísimo amigo. La orina matutina es un simple engaño, todo ser se siente el hombre mas feliz del universo al sentir semejante caudal de liquido saliendo de nuestro cuerpo. Pero no hoz dejes engañar. Seamos realistas, ¿feliz?, no sos. ¿Por momentos experimentas algo semejante a la felicidad?, seguramente. Aceptémoslo de una vez, no somos felices. Ni vos, ni yo, ni el que esta al lado tuyo, bueno, capaz el de al lado tuyo si, pero vos no.
¿Lo aceptaste?
LISTO.
Aclaración, el siguiente texto no garantiza la felicidad, es mas, incluso garantiza no conseguirla plenamente en ningún momento de nuestras vidas.
Este es una simple guía, como dice su titulo, para ser un poco menos infeliz. Son ni más ni menos, tal vez menos, que unos métodos seguros para lograr una aproximación a la llamada “felicidad” (aunque tampoco este muy seguro de eso).
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